A casi 50 años de la peor tragedia del fútbol argentino

Un Superclásico más se disputaba el 23 de junio de 1968 en el Estadio Monumental por el Torneo Metropolitano. Figuras de la talla de Rojas y Carrizo eran los protagonistas de este partido. Antes del partido el delantero xeneize le quitó la gorra al arquero millonario y después éste se sentó en el área para dejar en evidencia el poco ataque de Boca.

Puerta 12

Cuando se pitó el final del encuentro, la historia no siguió los pasos normales de los hinchas retirándose del estadio. Lamentablemente 71 hinchas de Boca murieron y decenas resultaron heridos.

Pasaron 47 años y no se sabe por qué pasó esto. No se sabe si la Puerta 12 estaba cerrada, si estaba abierta pero había molinetes que impedían el paso o si la policía montada empezó a reprimir a los fanáticos. Lo cierto es que se produjo una avalancha en la que los que estaban más cerca de la salida perdieron la vida por asfixia y golpes. Los que estaban abajo querían subir y los de arriba no tenían claro qué era lo que pasaba. La policía era violenta y temible. Utilizaba la violencia en las calles, canchas y universidades avalada por la dictadura de Juan Carlos Onganía.

"En un principio era una avalancha normal, pero después se acrecentó. Iba por el aire, sin tocar el piso. Algo empezó a salir mal. La avalancha se detuvo. Cada vez estaba más apretado. Había gritos de pánico, de mucho miedo. La gente que estaba abajo quería subir. Estábamos uno arriba de otro bajo una terrible presión que no dejaba respirar. Me caí y después me desmayé”, dijo Miguel Durrieu (46, sobreviviente).

"Los molinetes estaban colocados en la salida y tenían una barra de hierro que no permitía el paso ni de a una persona a la vez", expresó Juan Iñíguez a Crónica en 1968)

"Yo puedo asegurar que, diez minutos antes del final del partido, la Puerta 12 estaba cerrada. Mi hijo de 10 años se desmayó y quise salir por ahí, pero me vi obligado a subir con el nene en brazos y buscar otra salida ", declaró Enrique Acuña, (sobreviviente) a Clarín en 1968.

"Los hinchas hacían sus necesidades en vasos de café y le tiraban orina y excremento a la Policía montada que estaba en la calle. Eso provocó la represión policial y luego, la tragedia”, fueron las palabras de Julián William Kent, presidente de River el día de la tragedia.

"Hubo agentes que actuaron sobre la gente que se desconcentraba por la escalera de la Puerta 12, mientras era obstruida por la Policía montada. Allí se produjo el desbande y la tragedia. La puerta estaba abierta y los molinetes, retirados. Yo estaba ahí y doy fe de ello. Mi hipótesis es que se quiso poner a cubierto el desempeño de la Fuerza y se inventó el tema de los molinetes", denunció Juan Carlos Tabanera, ex inspector general de la Municipalidad, a

Domingos Populares en 1988.

Placa en el Sector L

Hay muchas versiones pero ninguna fue confirmada de manera oficial. Solamente se ordenó la prisión preventiva para dos directivos de River, Américo Di Vietro y Marcelino Cabrera, pero fueron sobreseídos a los cinco meses. La tragedia más significativa de la historia del fútbol argentino se cerró sin que se supiera la causa de lo ocurrido. Y recién en 2008 se colocó, por pedido de los familiares de las víctimas, una placa recordatoria en el lugar de los hechos, la famosa Puerta 12 (hoy Sector L).

 

 Video de DiFilm